Esto es lo que traigo ante ti, tómala o déjala, pero no confundas mis palabras con un intento de convencerte absolutamente de nada, pues tan sólo son un ofrecimiento sincero y de corazón a caminar juntos, de la mano, hacia una nueva mirada a tu vida, a mi vida, a LA VIDA, con el único fin de desvelar el juego sin sentido de aquello que aparenta separarnos, para así poder mostrar ante la más pura claridad, la Verdad insustituible que nos acerque primero y finalmente nos una, más allá de cualquier obstáculo, en una misma comprensión.

Ésta es mi experiencia desnuda y la oferta que te brindo es a que, más allá de leer estas palabras por encima, te atrevas a sumergirte en el acuerdo de vida que hay en ellas. Permítete vivir, experimentar y sentir lo que tu corazón haya de mostrarte.

  …Y ES QUE TÚ Y YO QUEREMOS LO MISMO, seamos honestos. Por encima de cualquier jerarquía de deseos y necesidades creadas por una mente acostumbrada a deambular entre las sombras del miedo, existe un anhelo irreemplazable de Libertad, que no tiene que ver con conseguir nada de lo que el escaparate de este mundo artificial y anticuado nos ofrece. Hablo de la Libertad que se respira a pleno pulmón en el momento en que dejamos de fingir ser aquello que no somos.

   Tú sólo puedes ser verdaderamente Libre en el reconocimiento de la Verdad más íntima, poderosa y auténtica que anida en tu corazón, nunca en el auto engaño.

  Te voy a pedir que pares todo. Detente por un momento y escucha tu verdadera voz hablándote de la única Voluntad por la que estarías dispuesto a entregar toda la mentira, todas las excusas, toda queja: Dime que no quieres Amar.

   Ninguna voz que sea real puede mentirte aquí, y es Aquí, justamente, donde comienza tu nuevo compromiso: el compromiso con la Libertad.

   Entonces… ¿estamos listos?, pues vamos allá, adentrémonos en el descubrimiento del único sentido que tiene todo este escenario al que hemos llamado “vida”… y el sentido de la vida se comprende cuando comenzamos a recordar el verdadero propósito del vehículo sagrado a través del cual ÉSTA se expresa, que no es otro que LA RELACIÓN.

…Contigo, conmigo, con todo lo que nos rodea afuera y con todo lo que guardamos dentro. Con todo lo que aparece ante la luz, como aquello que se esconde tras la sombra.

Cuando decides que quieres Ver, con mayúscula, la dificultad en tus relaciones deja de ser una excusa para justificar el sufrimiento, convirtiéndose en lo que en realidad es: UN PUENTE QUE TE CONDUCIRÁ DESDE EL MIEDO HACIA EL AMOR.

   Una vez escuché estas palabras: ”Los que hayan de conocerse se conocerán”, y yo siento que en las manos de cada uno está entregarse al propósito real de encuentro y aprendizaje que trae consigo una relación, o luchar con mil argumentos ciegos en contra de la ofrenda de conocimiento auténtico que la vida pone a tus pies a través del otro.

   Y es, en ese momento en el que el dolor asoma y el rechazo, y los remordimientos vienen a despuntar por encima de la comodidad, cuando comienza a ponerse en duda el beneficio de la relación. Claro, me preguntaré: ¿Cómo va a haber aquí un regalo, si esto me hace sufrir? Sí, es cierto, nadie puede negar lo que estás sintiendo. Parece que alguien con quien un día sentiste placer, hoy te causa dolor. Sin embargo, más allá de la historia de límites e incapacidad que te cuentas y repites, una y otra vez en tu mente, dime: ¿Estarías dispuesto, con el corazón en tus manos y de rodillas ante la vida, a reconocer que tu manera particular de ver y de interpretar el funcionamiento de las relaciones sólo te ha traído, finalmente, confusión y dolor?

   El filósofo griego, Sócrates, decía: “Sólo sé que no sé nada”, y esto, más allá de la aparente ignorancia, es una muestra de puro conocimiento. Aquí es donde comienza la claridad que te llevará a discernir lo verdadero de lo falso, justo donde termina la arrogancia de creer que sabes.

   ¿Estarías dispuesto a que todo cambie, dentro y fuera de ti, dejando atrás ese pesado y agotador equipaje, cargado de creencias que dicen saber cómo soy yo, cómo son los demás y cómo son las cosas? ¿Qué crees que sucedería si cada vez que siento dolor y confusión dejara de buscar un causante afuera, en las otras personas, o en cualquier circunstancia determinada? Si dejara de contarme que “esto es así por esto, por esto… y por esto”.

   No es malo reconocerlo, me quedaría sólo ante el miedo que produce este dolor dentro de mí, ante el vacío que queda, donde ayer había culpables. Sin embargo, en este momento se iniciará un acontecimiento transformador de la realidad, tal como la veía antes: DEJO DE CULPAR AL MUNDO para comenzar a descubrir EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA RESPONSABILIDAD: El conflicto no está sucediendo afuera, sino en la elaborada narración de mi mente.

   Ahora ya no necesito escapar, pensando y creando historias falsas. Ahora estoy en íntima presencia con el dolor, dispuesto a mirarlo de frente. Éste es el momento de la verdad y trae consigo un cambio real en nuestra vida. Tu corazón te hará una pregunta: ¿QUIERES SENTIR?

   Si tu respuesta es SÍ, entonces, no soltaré tu mano. En mi próximo artículo VAMOS A SENTIR.  

Sem Shining

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